lunes, 26 de octubre de 2009

Ejercicio 1

I


Subí las escaleras…


Me habían advertido que una vez que subiera en ellas, ya no habría marcha atrás. No quise escuchar. Tal vez la decisión fue algo precipitada. De todos modos creo que no había otra cosa que hacer. Subir por esas escaleras fue una acción que realice de forma tan natural, como es natural el respirar.


Los primeros escalones fueron los más difíciles, a mitad del sexto escalón me ataco una sensación de miedo…. No, más bien fue inseguridad. Aquellas escaleras eran un amplio reto para mí, pero sabía que al llegar al final encontraría las respuestas que había estado buscando. Pero conforme subía aquellas respuestas parecían tan lejanas como el final de estas escaleras, las cuales se extendían mas allá de donde mis ojos podían ver, tal vez se debía a que la luz del sol entraba de lleno en mis ojos.

En cierto momento decidí sentarme, mi cuerpo ya no podía mas, mi mente quería seguir subiendo, pero mi cuerpo no reaccionaba a los pobres estímulos que, ahora mi cansado, cerebro le mandaba. Mientras estaba sentado recordé las razones que me trajeron aquí.

II

Ya son dos días los que llevo en las escaleras. Al parecer voy más adelantado de lo que pudieran imaginar.


El escalón en el que dormí, es mas incomodo de lo que se ve. Pero no había otro lugar donde dormir.


Sigo subiendo, al parece solo dejo de hacerlo para dormir o ir al baño (aunque estrictamente no “voy” al baño, simplemente lo hago).


No hay voces, no hay ruido, el silencio es tan fuerte que parece que puedo escucharlo, parece que puedo tocarlo, siento que esta sobre mis hombros como una enorme piedra.

III


3 semanas ya se han cumplido y al parecer la cima esta mas cerca. A esta altura (literalmente) ya nada me sorprende. En las mañanas hay una ligera brisa que me ha mantenido vivo. Pero todo lo referente a la comida ha sido dejado a un lado, casi no voy al baño, se me dificulta dormir. Solo subo escalones. Y después de eso, sigo subiendo más. Pero todo tiene su recompensa y al parecer solo me faltan 58 escalones. Ahora me resulta fácil contarlos, esta escalera ya es parte de mí, como una extensión de mi cuerpo. ¿O será acaso que yo ya forme parte de ella? ¿Qué ahora yo formo parte de la escalera? No lo se, ya llegue casi al final y no puedo perder el tiempo en pensar esas cosas, todo lo contrario, al final estarían todas mis respuestas.

Llego al final, pero no hay nada, solo blanco, no se si es un color, una forma, una luz o en realidad es la nada. Mucho tiempo en la escuela habíamos escuchado y leído sobre la nada, ahora tengo la sensación de estar ahí, de formar parte de la nada. Pero ¿en verdad de puede hacer mas grande la nada? ¿Cómo llegue aquí? No hay nada o si lo hay y es inmensa.


Comienza la presión en todo el cuerpo, tal parece que la nada me absorbe. Decido sentarme en el último escalón y descansar, ahora observo todo el trayecto recorrido, resulta ser mas corto de lo que creí.


No pienso mucho en eso, el sueño me invade y me recuesto, como puedo, en el escalón. Creo que al despertar todo será mas claro. Aunque tal vez mas claro no puede ser ¿hay algo mas claro que el blanco? No lo se. Es el final del camino y resulta que no pasa nada.


Subí las escaleras y no encontré nada. Las escaleras no llevaban a ningún lado.



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